Recuperamos el género de la ucronía revisado hace un par de publicaciones para la oncena propuesta de esta serie de 13 Distopías que se estudiarán en los libros de historia. Se trata de una de las obras de más reciente publicación de entre las ya revisadas, y uno de los más conocidos referentes del steampunk. Una historia, por tanto, en la línea del retrofuturismo que, si bien mantiene una base crítica, muestra un cierto optimismo a la hora de proponer el futuro desde lo pasado: La máquina diferencial, de William Gibson y Bruce Sterling.
Escrita en el año 1990, La máquina diferencial nos traslada a una Inglaterra victoriana en plena revolución industrial, gobernada por Lord Byron, representante del Partido Industrial Radical (defensor de la meritocracia y los avances industriales). En ese contexto, el matemático Charles Babbage presenta al mundo su máquina diferencial, una inmensa computadora analógica que funciona con vapor y precisa de unas tarjetas perforadas para el tratamiento de los datos. La creación de Babbage comienza a producirse a gran escala, y pasa a ser un invento de uso común en la sociedad. Esta rápida expansión coloca a Gran Bretaña en una posición relevante en el mundo, como referente tecnológico y económico, lo que le confiere un poder político y comercial destacado. La trama de la novela gira en torno a la aparición de unas extrañas tarjetas perforadas que contienen una valiosa información, capaz de proporcionar una situación ventajosa a quien la conozca. Así, varios personajes se lanzarán a la búsqueda de estas tarjetas, en una carrera que permitirá a los autores desarrollar toda una realidad alternativa plagada de personajes históricos con vidas muy distintas a las que conocemos.
Como ya revisamos en el texto dedicado a Neuromante, William Gibson (1948) es un destacado autor de ciencia ficción estadounidense, precursor del ciberpunk y gran referente de la literatura distópica. El profundo análisis de las reacciones humanas frente a los procesos de modernización social y tecnológica ya realizada en otras obras del autor está también presente en La máquina diferencial. En esta obra ofrece una visión un tanto ambivalente de los avances tecnológicos, reconociendo tanto su potencial emancipador y generador de poder y riqueza como las negativas consecuencias del uso indebido (interesado, egoísta, fanático) de los mismos.
Por su parte, Bruce Sterling (1954) es otro de los nombres clave de la literatura de ciencia ficción. Reconocido por desarrollar una obra comprometida con el género y con la sociedad, en sus novelas toca muchos de los temas más relevantes de los últimos cincuenta años: ingeniería genética, control de recursos naturales, colonización de territorios, guerras, progresos tecnológicos, computerización masiva o división social, entre otros.
Como ucronía que es, si bien esta obra parte de acontecimientos y personas reales, el desarrollo de las mismas, sus acciones e incluso la posición que ocupan en esta realidad alternativa propuesta por los autores tiene puntos en común con lo ocurrido realmente, pero también muchas diferencias. Cabe destacar, en este caso, el hecho de que, si bien la propuesta de la máquina diferencial fue realmente formulada por Babbage, esta nunca llegó a construirse. Tampoco parece probable encontrar a Lord Byron al frente del país como Primer Ministro, o a Marx creando una comuna en Nueva York. Pero la presencia de estas y otras personalidades en la historia permite a los autores ofrecer un marco político que justifique la presencia de movimientos revolucionarios, anarquismo, corrupción política y policial o incompetencia profesional en la trama. Ofrecer un contexto, en definitiva, que conecte ambos momentos históricos: el pasado que se recrea y el presente que se vive.
Así, la lectura “realista” de esta obra no necesita que nos remitamos a los libros de historia, basta con leer los periódicos, ver la televisión, escuchar la radio o estar al tanto de la actualidad a través de las redes sociales. La máquina diferencial propone una evidente anticipación de las características (y los males) de la sociedad de la información en la que los autores de la novela estaban ya inmersos a comienzos de los años 90, y en la que todxs nos encontramos ahora. Trasladando la realidad del big data al siglo XIX, los autores nos descubren que los efectos en la sociedad son semejantes a los experimentados en la nuestra “vida real” de finales del siglo XX y el presente siglo XXI. La concentración del poder sobre los datos en unas pocas manos tiene una serie de consecuencias terribles sobre la libertad individual y colectiva en las sociedades informatizadas, como bien explica la novela y como estamos viendo hoy. Unas consecuencias que nos llevan a preguntarnos si no será a este sistema de control de datos y personas (y no a una simple máquina calculadora) a lo que hace referencia el título de la novela.
Imaxe: autoría desconocida, de la edición de S.F. Masterworks (Orion Publishing Group).